La “oportuna” suma de las partes
Hace poco estaban dando un reportaje del programa “Buenos días a todos”, a propósito de los 20 años que cumplían en pantalla. Jorge Hevia – que fue conductor durante catorce años- contaba que muchos de los que se habían ido del programa, no tuvieron el mismo éxito que habían tenido en el matinal. Su explicación fue elocuente “los equipos son más que las individualidades”. Creo que detrás de esa frase, se esconde algo que es muy cierto, y dice relación con lo importante que resulta la cultura y el contexto para el despliegue de eso que llamamos “competencias”.
Aquellos que nos dedicamos a evaluar candidatos, hemos ido de a poco cambiando de paradigma al darnos cuenta que las competencias de una persona, no existen en “sí mismas” o de forma absoluta como podría ser el color del pelo o la estatura, sino que sólo se manifiestan si las condiciones ambientales están dadas. Las “virtudes” emanarían por tanto de ese singular ajuste entre el individuo y el contexto en cuestión. Pero, aquí tenemos un nuevo problema, porque el concepto de “condiciones ambientales”, también es relativo, es decir, no podemos hablar de “buenas” o “malas” condiciones, como si fuera una “entidad absoluta”. Sólo podemos determinar si éstas se ajustan o no a las cualidades del postulante a un cargo.
Para entender lo anterior, pongamos un ejemplo “extremo”, pero nítido. Imaginemos a un indígena de la amazona que postula al cargo de Jefe de Producción para una Multinacional de consumo masivo. Probablemente no calificaría. Pero, ¿qué pasa si está postulando para ser jefe de su tribu? Sin duda que se ajustaría bastante más. Y así podemos ver en el mismo ejemplo, que cualquier competencia se relativiza, como el liderazgo o la capacidad de análisis. Planteado así, éste tema parece evidente y casi de Perogrullo, pero en la práctica cuesta aplicarlo, dada la infinidad de sutilezas que podrían incidir en una evaluación.
Hoy, quienes nos dedicamos a hacer Head Hunting, tenemos este nuevo desafío: evaluar detenidamente no solo las cualidades de nuestros candidatos, sino que también las del contexto organizacional de la empresa a la que postula, -que por cierto incluye las características del jefe directo que tendrá el postulante-, para determinar finalmente si existe un ajuste entre los distintos estilos.
José Francisco Alcalde F.
Director de Proyecto, SommerGroup®