Columna de Ximena Rodríguez
Hoy en Chile nos encontramos en un escenario económico positivo, con cifras muy favorables en términos del crecimiento proyectado, lo que además se ve reflejado en un mercado laboral con prácticamente pleno empleo. Esto ha favorecido la inmigración de ejecutivos extranjeros, tanto europeos como latinos, atraídos por interesantes oportunidades profesionales, así como por la solidez y estabilidad del país.
A lo anterior, se suma el hecho que en ciertos países de Europa y América Latina, la situación económica es menos estable, lo que ha impulsado la emigración en busca de mejores posiciones laborales, siendo Chile uno de los blancos seguros y más atractivos.
En SommerGroup® hemos percibido un aumento en el interés de muchos ejecutivos Españoles y Argentinos por emplearse en Chile y, a su vez, nosotros estamos en una búsqueda activa de profesionales Peruanos, Colombianos, Venezolanos, entre otros, especialmente para áreas de TI.
En general nos encontramos frente a ejecutivos con mucha trayectoria, para asumir altos cargos, con experiencias muy apetecidas. Las compañías cada vez demandan más el conocimiento en el desarrollo de nuevas oportunidades de negocios, donde los extranjeros están demostrando ventaja.
Las empresas chilenas valoran el perfil de ejecutivos extranjeros, sus visiones, el knowhow que traen de industrias y negocios que tienen desarrollos anteriores y más maduros que el chileno y el aporte de heterogeneidad que dan a los equipos. Conveniente por donde se mire.
Poco a poco se está forjando en nuestro país un escenario laboral muy propicio para los ejecutivos inmigrantes, donde vislumbran oportunidades y además donde son especialmente valorados por sus habilidades y riqueza cultural.
En la diferencia está el tesoro, primero porque hay un considerable aporte dado por las distintas miradas de los jugadores de un equipo, y segundo, porque nos exige desarrollar como seres humanos la flexibilidad frente a la heterogeneidad. El desafío, y la invitación, es a recibir a nuestro forastero, acogerlo con la mente y corazón abiertos, porque tenemos mucho que aprender de ellos, sobre todo al ser un país insular.
Es ahora donde demostraremos que en Chile “queremos al ejecutivo cuando es forastero”.
Junio, 2012