Los miembros de la Generación Flux son los pioneros de la nueva y caótica frontera de negocios. Cuando se menciona la paradoja de que las crisis son oportunidades para muchos, nunca se dice cuál es el perfil de aquellos capaces de navegar en la incertidumbre y salir airosos. Los Generación Flux pueden ser de cualquier edad y profesión o sector de la economía.
En una de las últimas portadas de la revista Fast Company el tema principal es la Generación Flux: una nueva camada de profesionales fríos, que asumen riesgos, se reinventan a sí mismos y sobretodo se sienten cómodos en el caos.
Junto con la recesión, las crisis recurrentes y los temores de inestabilidad financiera, el quiebre de un modelo o status quo sigue su marcha. La difusión de la información sin fricción y la expansión de las redes personales, corporativas y globales, tienen un montón de espacio para correr.
No hay certezas. Las próximas 2 décadas se definirán más por el cambio constante que por un nuevo paradigma. Si hay que reconocer un paradigma es que no hay paradigma.
Prosperar en este clima requiere un enfoque totalmente distinto. Sólo algunos van a prosperar y ellos son la Generación Flux. Lamentablemente la mayoría de las instituciones (educativas, corporaticas y políticas) no están preparadas para los tiempos que se avecinan y los empleos para toda la vida ya no existen.
Lo que define a la Generación Flux es un modo de pensar que se aprovecha de la inestabilidad, que tolera e incluso disfruta el cambio de rumbo en una carrera, un modelo de negocios o un paradigma.
Su mejor habilidad es su capacidad para adquirir nuevas habilidades.
Desde la caída de Blockbuster hasta el ascenso de Facebook o la decadencia de la economía estadounidense hasta el resurgimiento de Brasil, predecir lo que va a pasar se ha vuelto muy complicado. Por eso, una de las características del perfil de la gente que se siente cómoda en la crisis, es adaptación.
En este entorno cambiante, muchas empresas se preguntan ¿cuáles son las ventajas competitivas que tienen poder de permanencia?. ¿Cuáles son las competencias que en verdad importan? Generación Flux es una denominación más psicogeográfica que demográfica dice Fast Company. Un Flux ha trabajado en universidades, en el gobierno, en grandes multinacionales, en microemprendimientos, es tecnólogo y a la vez hombre o mujer de negocios. Es docente y diplomado a la vez. No es ninguna de estas cosas y a la vez es todas ellas.
En las empresas, la mirada Flux pone foco en todos los stakeholders, no sólo atención al cliente. Aplicar el conocimiento externo, saber liderar en situaciones ambiguas, escuchar activamente e incorporar la idea del colaboracionismo son tendencias crecientes por estos días.
Se necesita tener la mente abierta para ser un Flux. El desafío más grande no es aferrarse a viejas epopeyas y pretender revivirlas, sino estar ávido de lo que vendrá aunque sea incierto. La focalización en el futuro es la marca distintiva de los Flux que a la vez es un imperativo en los negocios.
Se dan cuenta que hay un modelo que ha llegado a su fin y no les preocupa. “El lechero ha desaparecido pero bebemos más leche que nunca” dice un Flux entrevistado por FC. “¿De veras queremos volver al pasado?”.