Las emociones son invisibles pero se contagian como un virus. Las personas estamos programadas para contagiar emociones y estas nos dictan como resolver problemas, como relacionamos, crear, descubrir nuevas cosas, amar, odiar, construir, etc. Todos tenemos una tendencia innata a contagiarnos de las emociones de los demás, es un proceso primitivo automático e inconsciente que se manifiesta a través de la comunicación no verbal.
Cuando observamos el comportamiento o las emociones de otra persona en nuestro cerebro se activan las llamadas neuronas espejo, que propician la imitación automática de los gestos y emociones que reconocemos a los demás, a este fenómeno se le denomina contagio emocional.
Pero del mismo modo que nos contagiamos de emociones también contagiamos a los demás con nuestros sentimientos, y corremos el peligro de convertirnos en portadores de virus emocionales al transmitir nuestras emociones negativas a la gente de nuestro entorno.
El contagio emocional nos ayuda en la supervivencia, nos da seguridad el sentirnos parte de un grupo, por eso copiamos las modas, los gestos, las ideas, la forma de hablar de los demás. De hecho sabemos que la presión social por conformarnos al grupo es tan grande que nos angustiamos cuando pensamos de forma distinta a los demás. El cerebro nos premia si nos conformamos a lo que dice y piensa la mayoría. Estamos programados para sobrevivir y por eso imitarnos podría salvarnos. Los grupos dan protección y multiplica nuestras posibilidades de supervivencia.
Las emociones como la ira la tristeza o el miedo pueden ser útiles pero también pueden ser perjudiciales si no las gestionamos adecuadamente.
Algunos estudios ya han demostrado que los mensajes por chat o por correo electrónico contagian emociones a pesar de la ausencia de comunicación no verbal. Del mismo modo las emociones de los colaboradores en una empresa también se contagian a sus clientes e influyen en las ventas de un producto o de un servicio. Estoy segura de que todos tenemos alguna experiencia por ejemplo en un restaurante cuando captamos mal ambiente entre los camareros, o desanimo en la persona que nos atiende, en este caso es probable que estén realizando correctamente su trabajo pero no nos sentimos cómodos y hace que no disfrutemos de la comida por muy buena que esté. O también podemos recordar un caso contrario cuando acudimos a un centro comercial y el dependiente es tan agradable al trato que terminamos comprando algo insospechado.
Y es que ya dijo Darwin que “Las emociones son el lenguaje más eficiente creado por la naturaleza”
Las emociones implican:
• Mensajes subjetivos
• Energía (motivan o desmotivan)
• Contagio (transmiten estados anímicos y persuaden, producen atracción o rechazo)
• Comunicación (facilitan o entorpecen la transmisión de datos).
¿Como podemos convertirnos en generadores de climas emocionales positivos?
• Fíjate en que emociones sientes y cuales contagias a los demás
• Exagera los activadores del buen humor
• Haz deporte
• Elimina lo que te desgasta, como las luchas de poder o las criticas excesivas
• Céntrate en lo que haces bien
• Rodéate de personas positivas
• Piensa antes de hablar o de actuar.
Tenemos una gran capacidad para contagiar emociones, así que limitemos el contagio de las emociones negativas y potenciemos el de las emociones positivas.
Recuerda que la gente olvida lo que dices, o incluso lo que haces, pero nunca como le haces sentir. Esto es la inteligencia emocional.