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Cuántos proyectos o ideas hemos dejado atrás simplemente porque hemos considerado que son tonterías o que nadie les dará el valor que tiene. Uno de los factores principales para que un proyecto se ejecute es la actitud que tengamos frente al mismo. Si tenemos una actitud sana desde el principio, contaremos con la energía necesaria para poner en marcha nuestro potencial intelectual. Nuestra capacidad puede decirnos: eres capaz de hacerlo, triunfarás, pero nuestra actitud nos dice, no, cuidado vas a fracasar. La actitud es ese testigo silencioso que no necesita palabras para ser descubierta, ella habla generalmente a través de nuestro cuerpo, gestos, miradas…
La historia de los dos vendedores de zapatos ilustra muy bien lo que estoy hablando, me hizo reflexionar sobre la importancia de la actitud en el alcance de nuestros objetivos. Se trata de aquellos dos vendedores de zapatos que fueron enviados por su empresa a una isla a vender. Uno de ellos en cuanto llegó se decepcionó y empezó a quejarse al darse cuenta que ninguna persona en la isla usaba zapatos. Molesto por la situación comenzó a decir: vaya tontería esta, a quien se le habrá ocurrido la idea de enviarnos a un lugar donde nadie ve la importancia de usar zapatos, ni sabrán que es un zapato. Así que ante su frustración decidió enviar un email a la empresa en el que decía: mañana mismo regreso, aquí nadie usa zapatos. Por su parte, el otro vendedor cuando observó a las personas de la isla sin zapatos no pudo contener su emoción, dijo wow qué grandioso, esta es la oportunidad perfecta para que estas personas conozcan la utilidad de los zapatos. Así que también escribió un email a la empresa diciendo: Por favor envíenme 10.000 pares de zapatos, aquí todo el mundo los necesita.
En el alcance de nuestros objetivos vamos a encontrarnos con diferentes obstáculos, siempre los va a haber, pero lo importante es cambiar la actitud que asumimos ante los mismos. Preguntémonos ¿cómo estamos interpretando nuestros contratiempos? Consideramos que estos son fatales y que no se pueden solucionar? Esa podría ser una actitud derrotista que lo único que manifiesta es que asumimos los errores en nuestros procesos como deficiencia personales, como errores irreversibles. Según una profesora de comercio de la Universidad Tulane, llamada Lisa Amos, el promedio de veces que los hombres de negocios fracasan antes de dar con el éxito es de 3,8 pero asumen los contratiempos como la posibilidad de encontrar un mejor medio de hacer las cosas. Las personas exitosas y no me refiero únicamente a personas con grandes fortunas sino a aquellos que han alcanzado objetivos en las diferentes áreas de sus vidas no se preguntan si van a tener problemas o no en sus proyectos sino que como saben que para el alcance de los objetivos van a haber dificultades entonces lo que hacen es prepararse para superarlos. Estas personas ante las dificultades no piensan “soy un fracasado” sino que dicen “algo no funcionó esta vez” y toman responsabilidad para que las cosas sucedan.
En fin podría mencionar varios aspectos a tener en cuenta pero mi invitación es ahora que pensemos en un proyecto que hayamos abandonado o que tengamos en mente y consideremos cuál ha sido nuestra actitud frente a este, escribámoslo y por qué no animarnos también a escribir qué beneficios podríamos obtener si lo llevamos a cabo. Y sobretodo seamos flexibles ante los obstáculos, los van a haber pero tengamos en cuenta que estos hacen parte del proceso, aprendamos de ellos, seamos responsables, volvamos a asumir el riesgo, decidamos escuchar a personas que aporten entusiasmo al proyecto o idea y finalmente quiero concluir con un pensamiento de Thomas Edinson: Muchos de los fracasos en la vida los experimentan personas que no se dan cuenta cuán cerca estuvieron del éxito cuando decidieron darse por vencidos.
Mayo, 2013
José Tomás Guridi, nuevo socio para SommerGroup®
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