Columna de Consuelo Rogers
El trabajo de “Ser feliz” y contagiar a los demás
El trabajo de “Ser feliz” y contagiar a los demás Disfrutar con una conversación, pasear por la playa, leer un buen libro, sentirse libre, pasar tiempo con tus hijos, intentar que no te atropelle “la vorágine del ritmo actual”… Son pequeños momentos que identificamos con la Felicidad. Podríamos explicarla de mil maneras diferentes pero, aunque cada uno tenga su propia definición, todos coincidimos en que orientamos nuestra vida a encontrarla e invitarla a quedarse.
Entonces, ¿Cómo podemos orientarnos a la felicidad y en el camino, contagiar a nuestro entorno? Bien es sabido que la productividad de una organización está directamente relacionada al clima laboral. Las buenas relaciones humanas entre colaboradores impactan positivamente en su desempeño, porque las personas trabajan motivadas y entregan lo mejor de ellas mismas. Todo lo anterior es indiscutible. No obstante, creo que hay que entender que existe una etapa que antecede a este escenario: El verdadero éxito no se da si no se trasciende, positivamente, en la vida de los demás (de un otro, de tu entorno más cercano, de la sociedad, del país, y del mundo). El éxito en las organizaciones, va más allá de la simple generación de utilidades, se relaciona con lograr un buen clima laboral y sentido de pertenencia, atendiendo a las cosas simples, pero esenciales, preocupándose por la persona, generando espacios de colaboración, lo que sin duda provocará un efecto de “contagio” a gran parte de la organización.
“Hacer feliz a otro” es algo que se cultiva. Hay personas que tienden a promoverla con más espontaneidad que otras, pero en definitiva es quien lo pone en práctica, quien consigue el verdadero éxito en la escuela de la vida. A partir de la determinación, yo y mi fuerza de voluntad deciden dar el paso, tomar consciencia de mi mismo y de quienes me rodean. Conociéndome, puedo entender cómo potenciar mis fortalezas al servicio de los demás y, finalmente, impactar en sus vidas. Este es un llamado de “capitán a paje”. Todos desde su situación actual pueden desarrollar el desafío de “ser buenos”, y trascender en este mundo. No hay que ser el líder de una organización, para poder influir en los demás. Si logramos que muchos asimilen este concepto, muchas empresas van a funcionar exitosamente “por defecto”.
El éxito no es otra cosa que eso, y quien logra enfrentarse al final de su camino con la sensación de haber hecho feliz a quienes le rodearon, ganó la victoria, experimentó el verdadero éxito que se ve reflejado en todos los ámbitos de la vida.
Consuelo Rogers B.
Nuevos Negocios – Gerencia de Clientes