Columna de Sebastián Pedraza
Calidad de Vida: un stakeholder para la empresa
Hoy, las empresas le están dando mayor importancia en sus decisiones a los temas de calidad de vida y conciliación. En algunos casos, lo hacen a partir del fomento de buenas prácticas, en otros, avanzado por el camino de la certificación, para transformarse oficialmente en empresas pro conciliación.
Equilibrar la vida laboral y familiar de los colaboradores, es un tema relevante y cercano a todos, y si bien es relativamente nuevo en Chile, las empresas han ido percibiendo paulatinamente el impacto que la falta de conciliación puede conllevar: bajo engagement, rotación, impacto en la productividad, ausentismo, entre otras. Esta brecha es especialmente visible en las nuevas generaciones, quienes poseen altas expectativas respecto a las políticas de conciliación, lo cual nos plantea un desafío importante para los años que vienen.
¿En qué se traduce esta conciliación? El foco es diseñar buenas prácticas centradas en la persona, reconocer sus necesidades y desarrollar mecanismos que puedan satisfacerlas. Un ejecutivo feliz, aporta lo mejor de sí mismo, se compromete más con la empresa, y se va construyendo un círculo virtuoso entre felicidad y productividad. Algunas empresas han dado un paso más delante de esta declaración de principios y han definido catálogos de prácticas de conciliación que abordan dimensiones tales como estilo de liderazgo, calidad del trabajo, flexibilidad laboral y protección de la familia.
El objetivo es desarrollar personas integrales, que el centro de la gestión empresarial sea el ser humano con todas sus dimensiones, armonizando los ámbitos laborales y personales, buscando la felicidad de sus colaboradores y de sus familias. Sin duda esto se traducirá en un importante factor competitivo e impactará a nivel de resultados para cada organización que las emprenda.
Sebastián Pedraza V.
Socio – Gerente General de SommerGroup®