Muchos libros hablan de la importancia de la elaboración de estrategias. El argumento típico es que sin una estrategia sólida, es casi imposible ejecutar sin problemas. Esto es verdad. Sin embargo, no es completamente cierto. Sin una buena ejecución, una estrategia es simplemente un plan o, incluso, un deseo. Además, una buena ejecución depende en gran medida de las personas que trabajan, luchan, defienden e innovan estratégicamente. Por lo tanto, una estrategia sólo puede dar lugar a una ejecución perfecta si se combina con personas que son hábiles, enfocadas y dispuestas a hacer que las cosas sucedan. Una combinación de estos tres elementos es clave para progresar. Para asegurar una ejecución impecable, hay al menos cinco cosas que un líder debe conocer y cultivar. En primer lugar, la ejecución de la estrategia no tiene que ver con la comunicación y el conocimiento; Se trata de hacer las cosas con conciencia. Aunque puede sonar como una cosa de la Nueva Era, la conciencia es una habilidad que se puede aprender. Cuando uno es consciente de que lo que sabe es diferente de lo que hace, puede haber mucho progreso. Como líder, es su trabajo asegurarse de que los miembros del equipo estén trabajando en alineación con los demás y con su creencia sobre el objetivo. Segundo, internalizar la “flecha grande”, que es el objetivo final. Esta flecha serviría como la hoja de ruta de la ejecución, como un GPS o un mapa de Google. Recuerde con frecuencia al equipo que hay metas a alcanzar y los obstáculos a resolver y no deben distraerse. Los miembros del equipo entrenador deben volver a esta “hoja de ruta” cada vez que su enfoque se desplace, para interiorizar la idea central. Cuando los miembros del equipo realmente creen en el concepto, se vuelven más seguros en la ejecución. En tercer lugar, identificar las personas clave que impactan. Algunos miembros del equipo logran impactar más que otros, tal vez debido a sus habilidades técnicas, operativas o de gestión; o simplemente porque son más carismáticos que otros. Hay que prestar mucha atención a cómo se ejecutan las ideas, ya que podrían tener algunas posiciones únicas para acelerar la velocidad de ejecución. Siempre que sea apropiado, darles roles específicos donde sus fortalezas pueden ser optimizadas para todo el equipo. Cuarto, mantener la transparencia. La transparencia es clave para crear confianza. Esté abierto sobre datos y estadísticas. Comparta con el equipo en reuniones regulares. Reconózcalos cuando el progreso demuestra un futuro prometedor y proporcione la regeneración en cómo mejorar siempre que los datos demuestren de otra manera. Abordar los problemas antes de que las cosas exploten fuera de proporción es otro desafío para un líder en asegurar una ejecución impecable. En quinto lugar, amplificar el rendimiento con 80-20, regla de Pareto. Reconocer qué actividades funcionan y cuáles no. Utilice el principio 80-20 Pareto, para que pueda distinguir claramente los 20 “trabajando” y los otros 80 “no funcionan”. Mantenga y duplique las 20 actividades principales en otras áreas. Cuando el “exceso de grasa” se ha recortado, el equipo trabaja mucho mejor y más rápido. Por último, recuerde que la ejecución perfecta es acerca de alcanzar lo mejor, dentro de las limitaciones que existen. Por lo tanto, un equipo híper enfocado, que es consciente de “hacer” y no meramente “comunicarse”, vale más que un diamante. Después de todo, al final, la ejecución perfecta se debe a las personas que trabajan en armonía, más que a las estrategias.
Para leer la publicación completa en inglés: http://bit.ly/2p0lwcV