Probablemente gran parte del proceso de selección y contratación de los ejecutivos hoy en día ha sido a distancia, por lo que las personas se han conocido a través del computador. Los ejecutivos que se suman a una empresa puede que no conozcan las instalaciones, oficinas, espacios comunes, etc., por lo que la subida a bordo o aterrizaje al nuevo rol es francamente desafiante.
Los procesos de incorporación a un nuevo cargo (acá contemplamos contrataciones, reubicaciones y promociones) han sido siempre de vulnerabilidad y exposición a situaciones nuevas, lo que en ambientes de trabajo como el de este 2020 y del cercano 2021 en que la incertidumbre se respira a diario, hace que cobren aún más relevancia.
Por eso, la gran pregunta es; ¿cómo apoyamos y facilitamos a nuestros ejecutivos al momento de asumir un nuevo cargo, integrarse a la cultura, validarse como líderes, generar las confianzas y alcanzar los primeros logros, ahora de manera remota?
El aterrizaje forzoso puede ser bien administrado. No tiene por qué ser un caos, o un espacio de distancia social y laboral, más allá de la distancia física. La capacidad para transmitir pasión, conexión, empatía y entusiasmo por un proyecto o nuevo cargo puede efectuarse perfectamente desde nuestras casas. Tu sonrisa, tus visibilidad de imagen y rostro, tu puntualidad en las reuniones (hoy en día más exigente), tu capacidad de generar un “café virtual” y promover dentro de la agenda un espacio para conversar, un llamado telefónico para complementar o preparar una reunión, son algunas de las nuevas acciones que puedes introducir.
Esta pandemia nos ha humanizado, si así lo elegimos ver. Hemos entrado a la privacidad de muchos hogares, visto al gato de alguien del equipo que se paseaba por detrás, a los hijos corriendo, padres, jardines, decoraciones etc., permitiéndonos conocer quién es el otro. De cada uno depende dejar aflorar nuestro aporte y liderazgo, sin escondernos detrás de la pantalla (¡ni hablar de las cámaras apagadas!).
En momentos de crisis, surge lo que llevamos dentro; ojalá calma, certezas, capacidad de aprendizaje y construcción de futuro. Esto puede ser bien llevado, transformando un “eventual aterrizaje forzoso”, en una “llegada proactiva y planificada”, solo que a través de una pantalla.