Las restricciones de movilidad y el aislamiento que ha impuesto la pandemia en el mundo, han ejercido fuertes cambios en nuestros hábitos de trabajo, tanto físicos como relacionales, frente a los cuales hemos estado tratando de adaptarnos durante este año. No exento de dificultades, estamos siendo actores y testigos de una transformación profunda en el mercado del trabajo, no sólo por las razones obvias como el hecho de no poder ir a trabajar físicamente al lugar donde lo hacíamos, no vestirnos de determinada manera, o no cumplir con el horario establecido, sino que estamos abriendo la posibilidad de la globalización de la fuerza laboral. Aunque el concepto no suene muy nuevo, hasta antes de la pandemia, la movilidad del trabajo se pensaba como el concepto de los “expatriados”, lo que por lo general conlleva costos altos tanto para las empresas como para las personas y sólo pensable para grandes compañías o corporaciones multinacionales. Pero con el despegue del teletrabajo, se ha abierto la puerta a incorporar profesionales de otros países o regiones, sin necesidad de moverlos de su lugar de origen. Esto nos lleva hoy día a mirar el mercado laboral de manera distinta y con efectos potentes tanto a nivel salarial como de empleabilidad.
La movilidad del capital de trabajo y la sustitución perfecta del mismo entre profesionales nacionales y extranjeros para ciertas posiciones, impulsaría el arbitraje en los mercados, lo que en el mediano plazo, podría impactar en los salarios locales. En concreto, para posiciones en el área digital, como los Devops, nos encontramos con que el mismo profesional puede ganar hasta un 30% menos en países como Colombia o Venezuela.
Por otra parte, durante este año, hemos visto cómo se han generado oportunidades de trabajo a distancia para posiciones en el área financiera (Analistas de Inversiones, profesionales del área de contabilidad, entre otros), que ha permitido que profesionales de regiones puedan acceder al mercado laboral de empresas en Santiago, generando una oportunidad de desarrollo y de empleabilidad para ellos.
La pandemia nos ha permitido derribar muchos mitos o falsas premisas del teletrabajo, y aunque todavía estamos en proceso de aprendizaje, las compañías están generando nuevos procesos de trabajo que les permitan acceder a un mercado laboral distinto y esto constituye también una oportunidad para los profesionales y trabajadores.